viernes, 12 de diciembre de 2008

entrevista a Varico en Poker Planet


Como dije hace tiempo os pongo la entrevista que le hizo Planet Póquer a Varico. Espero que no se mosquen demasiado por no pedir permiso. Desde luego no pienso hacerlo otra vez, que da mucho chollo aun con el software de escaneo, pero esta entrevista es tan buena y se dicen cosas que me gustan tanto, que es una pena no darle mayor difusión…

Comprar planet poquer… una revista que entrevista a gente que dice


“ahora el juego ha enloqueci­do imitando estilos extranjeros y se utiliza el all in a cada ins­tante, lo cual no es que sea un juego superagresivo, es que es un juego gilipollas.”


se merece millones de subscripciones... de hecho le voy a poner un link por la jeta..


Yo no conozco personalmente a Varico, pero me llegan las mejores de las referencias de el… un fuera de serie…



sin ir mas lejos acaba de ganar el super tuesdays, pero eso no tiene nada que ver, sino el que hoy no me funciono la adsl y encontre la revista en la pila del WC, juas....


disfrutar de la entrevista...


"El jugador esceptico"


Si se encuentra usted a Alvaro Ballesteros "Varico” jugando al billar, al golf, por la calle o incluso en un campeonato de Póquer, sepa que él va a agradecer que no le hable de este juego, porque siente que el Póquer es asfixiante si se cierra sobre sí mismo y además de practicarse durante horas luego se convierte en tema único de conversación.

Seguramente es muy difícil encontrar a otro gran jugador tan dis­tanciado del glamour y de "la movida" del Póquer, tan desinteresado por muchos aspectos del juego que apenas empezamos a hablar nos suelta un mazazo muy duro de encajar: "A mí el Póquer muchas veces me aburre soberanamente”.


Planet Póquer Magazine: Alvaro, es evidente que no eres amigo de aparecer bajo los focos y hacerte ver como uno de los ju­gadores que están obteniendo mejores resultados en nuestro país. Pero la profesionalidad en el Póquer también puede comportar de al­gún modo esa obligación de ser un personaje conocido.

Alvaro Ballesteros: Me parece que el término profesional se está utilizando en el Póquer con mucha ligereza. Por mi parte yo tengo un bar, una sala de billar, y teóricamente de eso es de lo que vivo. Porque no es lo mismo ganar algo de dinero jugando al Póquer que ser profesional. Y además es cierto que por mi carácter no soy proclive a hacerme ver ni a considerarme una figura en el mundo del Póquer. Yo ahora necesito el dinero que gano en el Póquer porque tengo un nivel de gastos personales que lo requieren, pero soy uno más en el juego de este país.


PPM: Sin embargo, tu ganas por encima de lo que se pueden considerar los ingresos de un profesional y te vuelcas en el Póquer y te dedicas a él con la intensidad de un verdadero trabajo.


AB: Eso es cierto, el Póquer me captó desde que era un cha­val y jugaba en Madrid en las partidas de chirivito en unos locales y con unas personas que podían perfectamente servir para hacer pe­lículas de cine negro. Yo perdía casi siempre, era un primo y es muy posible que me hicieran trampas. Pero a mí me gustaba el juego, todos los juegos incluidas hasta las tragaperras, y el Póquer era el más interesante y entonces el chirivito y esos locales nada reco­mendables es lo que había para buscar lo que yo quería.


PPM: Que sería el dinero, ¿no?


AB: Claro que se juega por dinero, pero no era el dinero. Yo era universitario, tenía una situación económica sin problemas, estuve seis o siete años estudiando pese a que solamente acabé la Ingenie­ría Técnica en Informática, aunque tengo que confesar que no sé más de informática que tantos otros que manejan ordenadores, pero el caso es que al margen del deseo de hacerte millonario en diez mi­nutos que puede tener todo jugador, el juego era el atractivo en sí mismo.


PPM: El chirivito, en tu caso aquel chirivito de opereta que se jugaba clandestinamente en Madrid y otras ciudades, parece que ha sido la escuela de unos cuantos buenos jugadores de la actualidad.


AB: Con las cartas a partir del 7 o del 8 el chirivito o el sintéti­co van por vías muy distintas del Texas o del Omaha. A mí el contac­to con el Texas me cogió desprevenido. Yo tendría unos 24 años, ahora 31, cuando entré en una partida Limit por internet en miapuesta.com y mi juego consistía en ir absolutamente a todo. En el chirivito una pa­reja o unas dobles no son nada, pero en Texas son un cañón, de mo­do que yo no tiraba nada. Jugaba muy mal, pero tuve una racha exagerada de buena suerte y gané mucho dinero hasta que, como es lógico, la suerte cambió.


PPM: ¿Quién te asesoraba o de dónde aprendías?


AB: De nada ni de nadie excepto de mi propia experiencia. Apren­dí a golpes. Yo solamente he leído un libro de Póquer, uno de torneos que me regaló "La Púa", no porque no crea que en los libros se pue­de aprender sino porque soy muy vago. La primera vez que conocí gen­te con la que hablar de Póquer con contenido y con profundidad fue cuando me encontré con personas como "Luzago" y "La Púa" y algu­nos más en unos torneos que se montaban en una sala de billar por 20 euros. Óscar "La Púa" siempre quería saber más, leer más y crecer como jugador y en ese ambiente nos unimos pa­ra buscar nuevos sitios donde organizar parti­das y creamos la Asociación Madrileña de Póquer. Por esa época empecé a abrirme cuen­tas en todas las salas online que había y a apuntarme a muchos campeonatos.


PPM: Es entonces cuando te das cuenta de que tienes madera.


AB: Entonces es cuando me doy cuenta de lo mal que había estado jugando. Pero la Asocia­ción de Póquer de Madrid era un lugar donde se podía aprender mucho, había buenos jugadores, especialmente una americana llamada Vanessa Selbst que era la mejor y que ha conseguido co­sas importantes en el Póquer internacional.


PPM: Sois varios los jugadores que re­cordáis esa época con la nostalgia que se tiene de un tiempo muy especial de aventura y en­tusiasmo y, en realidad, fue casi ayer.


AB: Si pero las cosas van muy deprisa en el mundo del Póquer y probablemente en las propias vivencias personales de cada uno de nosotros. A mí ahora el Texas me aburre, me aburre muchísimo, no puedo con él salvo en tor­neos. De modo que para jugar por dinero me voy al Omaha.


PPM: Alvaro, es casi doloroso para una revista como la nues­tra, entusiasta del Póquer, oír que el Texas le aburre a un jugador, y encima un gran jugador.


AB: Ya, pues lo siento. Pero ocurre que a mí me gusta ir a mu­chas manos y en el Texas si vas a muchas manos pierdes. En el Oma­ha hay mucho más movimiento y el dinero entra en un tobogán con una dinámica emocionante. El gráfico del Texas es una línea cons­tante con un salto de repente y luego otras dos horas de línea cons­tante. Por eso yo sólo puedo jugar al Texas en torneos y ya tengo bastante sufrimiento como para hacerlo también en cash. En un torneo la meta está a muchas horas del comienzo del juego y ya sé que me tengo que aburrir para llegar hasta ahí, pero en partidas de di­nero quiero otra cosa.


"A mí ahora el Texas me aburre, me

aburre muchísimo, no puedo con él salvo

en torneos. De modo que para jugar por

dinero me voy al Omaha"


PPM: Pero qué me dices de la disciplina profesional; muchos jugadores se imponen horarios o número de manos para llegar a los resultados que buscan aunque les suponga sacrificar sus gustos.


AB: Yo les admiro bastante. Tener la capacidad de jugar 15,000 o 20.000 manos para ganar tres ciegas a la hora y cosas así. Nunca he sido capaz de hacer eso, no puedo, no va conmigo. Hay muchas maneras de ganar al Póquer, algunos la encontrarán en 20 mesas de 1/2 y otros en una sola gran mesa. La profesionalidad está en ganar, no hay sistemas o mesas de un tipo mejor que otro, es el jugador el que tiene que tener el talento de encontrar su sitio en un abanico de posibilidades muy grande. Por ejemplo todo bankroll puede ser de­rrotado por muy grande que sea si no se juega en el nivel y en las proporciones que le corresponden, aunque el jugador sea bueno.


PPM: ¿Y tú qué selección concreta haces para tu juego habitual?


AB: Encuentro el terreno en el que ganar en los torneos online, y te digo todavía más, no creo que fuera capaz de ganar en cash. Juego unos ocho o al menos cinco torneos diarios. Aunque acu­do a algunos torneos en vivo me interesa mucho el online porque en un campeonato de casino si te quedas fuera ya has desperdi­ciado el día, en internet si hay ocho torneos y pierdes uno te que­dan siete oportunidades.


PPM: ¿Ese número de torneos cuántas horas viene a representar ante la pantalla?


AB: Unas siete horas, quizá.


PPM: No está mal para alguien que se autocalifica de vago y ale­jado de la disciplina. ¿Y en esta modalidad sí encuentras diversión?


AB: La verdad es que si hablamos de un torneo de siete horas, en las cinco primeras también hay bastante aburrimiento, después con las ciegas altas, con antes, con buen nivel de riesgo sí que hay diversión. El principio de los torneos es horroroso, es un tedio absoluto. Intento participar en torneos que tengan un mínimo de 50.000 dólares en pre­mios y un win de 70 - 100 dólares. Tengo localizados los que me inte­resan prácticamente como fijos, dos a la 1 de la madrugada, dos a las 2 y uno o dos a las 3. La pena es que en Ornaha hay muy pocos.


PPM: Un horario de noctámbulo y sin días libres.


AB: Los viernes y los sábados no juego o muy poco, en cam­bio los domingos son el día que más torneos hay y empiezo a las seis de la tarde para terminar a las ocho de la mañana. Pero el horario es así e impone sus dificultades, yo duermo cuando mi novia trabaja y al revés, de modo que tenemos una franja pequeña de coincidencia al día para ir a cenar.


PPM: ¿No sientes que un "turno de trabajo" así afecta a tu ca­lidad de vida?


AB: En mi caso no porque yo he sido un noctámbulo siempre desde antes del Póquer. Incluso en la Universidad me apunté a las clases por la tarde para no tener que madrugar, yo no sé cómo son las mañanas. Pero lo cierto es que el Póquer es bastante esclavo por­que para sacar rendimiento a tu habilidad tienes que llegar a un número altísimo en tiempo de juego. Es la única manera de traducir en resultados la superioridad.


PPM: O buscar rivales muy inferiores.


AB: Eso no lo vas a encontrar en los torneos. La diferencia es pequeña entre unos jugadores y otros y si eres superior en un 5 o 6% a otro jugador, en cinco torneos eso no es nada, necesitas mil o mejor diez mil campeonatos para ver tus beneficios. Yo estoy ha­blando de participar en 1.200 torneos anuales como una extensión de juego donde las diferencias y las medias reales se traducen en resultados.


PPM: ¿No es muy poco lo que me estás diciendo? ¿te conside­ras únicamente un 5% superior a la media de tus rivales?


AB: Es que la cuestión no es exactamente eso porque las ma­temáticas no son exactas. Si yo ganará todas las manos que entro ga­nando y perdiera todas las que entro perdiendo y ambas tuvieran el mismo valor, sería un jugador muy bueno. Sería capaz de hacer un juego muy por encima del 5% mejor de otros jugadores que quisie­ran hacer lo mismo. Pero la diferencia hay que medirla consideran­do que las manos es muy distinto perderlas cuando quedan veinte en un torneo que cuando éste acaba de empezar. Yo puedo ganar ocho de cada diez manos en las que me comprometo, que es una gran pro­porción, pero de poco me sirve si las perdedoras me llegan en el mo­mento inoportuno. En esos instantes la suerte iguala mucho a los jugadores. Porque entonces la suerte no es ganar con QQ a AA, es también ganar con AA a QQ. Si a mediados del torneo a tu rival inferior le sale la tercera Q no pasa gran cosa, sigues contando con tu superioridad, si te pasa en la mesa final ¿en qué se queda decir que tu juego es un 20% mejor que el suyo?


PPM: Visto así se podría decir que un torneo lo puede ganar cualquiera.


AB: Lo puede ganar un mono. Hasta el Campeonato del Mundo lo puede ganar alguien que casi no sepa ni las reglas. En cash es dis­tinto, pero lo que ocurre es que en el juego por dinero gana muy poca gente, aunque sean muchísimos los que dicen que ganan por­que presumir sin fundamento es algo muy extendido en el Póquer y a la gente le cuesta horrores decir tranquilamente, como digo yo, que jugando cash eres un inútil. Es como si decir que pierdes al Póquer fuera decir que eres tonto. No, puedes ser muy inteligente y no dársete una modalidad de juego.

PPM: Seguramente pero no conozco a ningún buen jugador de Póquer que sea un zoquete.


AB: Pero no hace falta ser Einstein. Hace falta; mas cabeza; pa­ra construir un puente o hacer una operación de cirugía que para ser campeón póquer. Nadie puede hacer esas cosas por intuición, pero en cambio si puede ganar al póquer.


PPM:¿Cuál es entonces la herramienta para trabajar en un torneo?


AB: La paciencia. Precisamente por eso a mí me molesta tanto que echen de un torneo que me gusta, porque después de aguan­tar un tiempo que se me hace infinito quiero una recompensa.


PPM: Perdona, pero a "Varico" se le han visto jugadas que no parecen identificables con la paciencia, has arriesgado grandes stacks con pequeñas cartas.

AB: Es algo que puedo hacer cuando creo que voy ganando. Si yo pienso que mis cartas son mejores puedo hacer regimientos muy fuertes, pero no me preguntes por qué creo a veces que mis cartas son mejores cuando no son una gran mano ya que no lo sé. Y además es raro que me equivoque, lo que ocurre es que la quinta carta es la quinta carta y el river es imprevisible. Pero en los torneos se juega casi todo antes del flop y a veces en el flop. Y entonces yo noto que el que ha subido no tiene o que le voy ganando con un as, no sé porqué, no hay una razón.


PPM: No lo querrás llamar razón, pero tiene que haber un motivo.

AB: Bueno, para mí es muy importante si alguien sube tres cie­gas o sube cuatro. Es Importante el tiempo que tarda en dar respuesta, si en las últimas veinte manos ha subido cinco veces o ninguna, in­cluso si sube tecleando o moviendo él ratón a una cifra estándar. Hay que hacer una mezcla de todo, pero es difícil porque te puedes creer que un tío tarda porque duda mucho y a lo mejor lo que pasa es que está poniéndose una coca-cola.

PPM: A mí me parecen razones, además escomo ir a la caza de tells informáticos. Pero para todo eso también están los programas del tipo Poker Tracker.

AB: No utilizo nada de eso. Me han dicho que son muy bue­nos, muy útiles en cash, pero en los torneos cada vez es todo dis­tinto aunque se trate del mismo jugador. Una persona no juega igual dos torneos distintos porque está bajo la influencia de cosas muy diversas en cada ocasión. De todas maneras yo juego el comienzo

de los torneos de una forma casi automática, sin fijarme demasia­do en nada, me da igual más o menos todo hasta llegar a los nive­les altos donde ya me fijo en las fichas de los demás, en sus posiciones, etc. Al principio no te puedes fiar porque las fichas no les suponen gran cosa y pueden jugar todo tipo de manos, en­tonces es peor incluso tomar referencias porque son engañosas so­bre el juego que van a hacer posteriormente.

PPM: los torneos tienen dos partes para ti, una aburrida y su­perficial al principio, y otra intensa y verdaderamente competitiva después.

AB: Más o menos. La primera parte la utilizo para llegar a la segunda y allí es donde juego de verdad.


PPM: Pero Alvaro, no será lo mismo llegar a los niveles fuer­tes con pocas o muchas fichas.

.AB: Cuantas más mejor, claro. Pero no necesito muchas fichas pa­ra empezar el juego fuerte, con la media voy bien. Es verdad que en esos momentos vas a ir a doblarte casi seguro con un flip y un gran stack es un respaldo frente a quienes lo hacen, pero no es eso lo que me preo­cupa. Verás, en los primeros niveles se pueden perder muchos torneos, pero apenas ganar alguno. No es rentable desgastarse en los primeros niveles, de hecho en vivo pocas veces los juego, llego hora y media tarde a los torneos y encontrarte con menos fichas no es un gran handicap, igual que no te garantiza nada tener en ese momento más fichas.

Los primeros niveles supongo que están puestos para que la gente pue­da pasar el rato, con botes tan pequeños en los que todo el mundo se ti­ra. Yo los juego fatal y suelo perder más fichas de las que gano.


PPM: Puede no ser sólo cuestión de fichas sino de calentamiento y de conocimiento de los rivales .

AB: Y hay quienes hacen eso muy bien y saben crearse una imagen con la que engañan a los demás que le toman por un poco bo­bos o por rocas o por lo que sea y después dan el palo. Para eso o pa­ra acumular puntos son niveles que sirven a los que lo saben hacer. Pero no es mi caso, yo juego de una forma en la que me interesan mucho más las fases finales.


PPM: Lo que pasa es que al empezar los torneos online a dis­tintas horas, si quieres estar en varios en unos jugarás al final y en otros al principio.

AB: Estoy cómodo jugando en cinco o seis torneos, hasta en ocho, pero efectivamente si están en fase final prefiero que sólo se­an dos o tres para concentrarme. Uno solo es muy poco, si única­mente juego en uno me abro un sit & go o una partida de Omaha o me pongo una película. Si solo juego una partida me impaciento y puedo hacer cosas inadecuadas.


PPM: En 2007 te erigiste como campeón de heads up y eso si que era jugar en una sola mesa.

AB: El head up es distinto porque se juega un rango de ma­nos muy amplio y yo donde doy mi mejor rendimiento es jugando mu­chas manos, viendo muchos flops.


PPM: Te interesan entonces los torneos con grandes stacks.

AB: Sí, busco torneos de doble stack. Es que si los puntos que tienes son 15 o 20 ciegas grandes no puedes moverte apenas, em­piezas a no poder jugar ni una mano o a tener que jugarlas todas y ambas zonas son nefastas. Además ahora el juego ha enloqueci­do imitando estilos extranjeros y se utiliza el all in a cada ins­tante, lo cual no es que sea un juego superagresivo, es que es un juego gilipollas. Parece que ver un flop es un movimiento equivo­cado y todos quieren resubir o envidar y hay torneos que son una salvajada, que son como si se jugara nada más sentarse a la car­ta más alta. A mí me molesta mucho ese estilo y la falta de pro­porción: ¿qué es eso de que con ciegas 100/200 vaya un tío y meta 15.000? Luego tiene 66 o AQ y, claro, roba las ciegas o lo pierde to­do si alguien tiene AA. Para jugar así es mejor ir y comprarse el cupón de la ONCE.


PPM: También se puede detectar enseguida al jugador enlo­quecido y aprovecharse de él.

AB: Pero es un riesgo innecesario si hubiera buen Póquer. Yo creo que a esas personas lo que les pasa es que no quieren tener que tomar decisiones como la de tirar después del flop una mano que les parece ganadora. Tienen miedo al conflicto que se les plan­tea con AK en la mano y con un flop y unos movimientos de sus rivales que en realidad les digan que van perdiendo. Para no so­portar eso meten todo preflop. Y un juego así lo que hace es que yo juegue todavía menos manos que antes y que me aburra aún más.


PPM: Es decir que estamos ante la paradoja de que prefieres enfrentarte a rivales buenos que malos.

AB: Por supuesto. Cuanto mejores sean mejor para mí. Lo que no puedo soportar es perder con un subnormal, me cojo un cabreo colosal, me dan ganas de destrozar el ordenador y el ratón y todo por­que no le puedo destrozar a él. Por eso es bueno jugar en internet, porque en vivo si tengo delante a un animal que te destroza una bue­na jugada en un momento clave le podría decir cualquier cosa y so­bre todo es que tú mismo te afectas y empiezas a jugar peor. En una mesa con cinco subnormales no tienes nada que hacer porque uno de ellos te acaba echando del torneo. Y no tendría buen perder.


PPM: Alvaro, eres una persona sumamente crítica por lo que veo. Con los demás, contigo mismo y con el propio Póquer.

AB: Puedo ser crítico con un tipo de juego o de jugadores, pero no soy nada crítico de personas. La censura que hay entre jugadores suele basarse en la envidia. Me parece que en las críticas y la censu­ra que hay de unos jugadores sobre otros hay a veces bastante envidia y mala leche y yo no tengo nada de eso. A mí por ejemplo me han di­cho que "Vietcong" es un mal jugador y he contestado que ojala fuera yo como él y ganara lo que él ha ganado. Quien gana de forma cons­tante no puede ser malo y, además, ¿malo en comparación con quién?


Todos los que le conocen -y está en el Texas español desde los comienzos- dicen que juega de maravilla. Y los resultados que obtiene también lo confirman. Pero es él, "Varico", quien repite que es un jugador más, sin diferencias notables con los innumerables rivales a los que se enfrenta y a los que, sin embargo, tiene por costumbre derrotar. No es que sea mo­desto, es que piensa sinceramente que eso que se llama la magia o la ge­nialidad apenas se pasea por el mundo del Póquer: "Si alguien dice ¡ya está! haciendo esto es imposible que no gane, es que es más bien tonto".

4 comentarios:

miauson dijo...

Buenas Pacocho le he cojido el gustillo a esto de los blogs y me he decidido a crear uno. Si te parece bien intercambiamos enlaces.
Por cierto muy guapa la interview.
Un saludo y nos vemos en La Toja.
Adrián Lendoiro.
http://miauson.blogspot.com/

Pacocho dijo...

Bienvenido, cuantos mas seamos, mas nos reiremos...

TioRico PoKer dijo...

A mi tambien me encanto este tipo,
creo que tiene un talento para aprovechas situaciones especificas que en últimas es lo que hace la diferencia en un torneo.
y tiene mucha razón... para que jugamos poker si no podemos disfrutar de lo que nos da?

Asimov666 dijo...

excelente entrevista, gracias Pacocho por estos post que nos traes a diario.. realmente un gran trabajo el que haces con tu blog.

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